De Juana Martín y Pedro Gabo
La propuesta de esta exposición en la que se combina fotografía y poesía es mostrar un trabajo en el que de un modo consciente los artistas se muestran al mundo, sin concesiones, trascendiendo la vivencia personal a través del proceso creativo. Una vivencia doble: la de la fotógrafa y la del poeta que han generado una simbiosis en la que confluyen sus respectivas emociones, como en un juego de espejos, teniendo como elemento de unión la imagen que inspira y su propia relación de amistad.
Esto es así en la mayoría de los casos porque en otros la imagen propone sentimientos que, si bien han podido ser transitados en algún momento por los artistas, no tiene por qué buscarse una correspondencia exacta con un itinerario personal realmente vivido, aunque bien pudiera haberlo sido.
Esta exposición es un recorrido por el mundo de las emociones, en ese fluir vital que nos lleva de la caída a la resurrección; el proceso que todos necesitamos para avanzar y crecer como personas. La imagen y la palabra se convierten en herramientas complementarias para darle expresión a este territorio difuso y definitivo de la experiencia humana, rompiendo la frontera irreal a veces trazada entre el mundo emocional de las mujeres y los hombres. Un proceso vital que hemos de ver como algo conectado con la esencia de la vida, su naturaleza cíclica y para el que sólo cabe la aceptación humilde que nos devuelva la alegría de estar vivos. «