CONOCE GIBRALEÓN
SITUACIÓN GEOGRÁFICA
Gibraleón es una población situada en un enclave privilegiado de la provincia de Huelva, entre la costa y la sierra, la campiña y el andévalo y a tan sólo 14 Km. de Huelva, en la denominada Tierra Llana, a las orillas del Río Odiel. Gibraleón limita al norte con San Bartolomé de la Torre, al sur con Aljaraque y con Huelva, al este con San Juan del Puerto y Trigueros, y al oeste con el municipio de Cartaya.
Dispone de magníficas conexiones de acceso con Sevilla y Portugal, a través de la A-49; Huelva a través de Nacional 431 y la Sierra mediante la Nacional 435 que conecta con la A-49 a escasos 15 Km de Gibraleón. También dispone de acceso por ferrocarril al continuar en servicio la línea Huelva-Zafra.
La agricultura es y ha sido desde siempre la base de la economía olontense. Las tierras de cultivo representan el 35 por 100 del total. Los cultivos tradicionales como el olivar, el cereal y el viñedo, van quedando relegados progresivamente por cultivos más intensivos, como el girasol y los naranjos.
La ganadería fue muy importante en la economía local y no es casual que Gibraleón cuente con una Feria ganadera que data de 1323, ya que gran parte de su término estuvo ocupado por extensas dehesas dedicadas a pastos.
La construcción se ha convertido en un eje esencial que articula la actual actividad económica del municipio, aunque actualmente con la crisis económica ha sido duramente castigada.
HISTORIA
La historia de Gibraleón es de una riqueza extraordinaria. El hombre ha dejado su huella y su impronta en este paisaje desde hace varios milenios. Así, de la Sierra de la Calvilla proceden algunas de las piezas líticas más antiguas del Paleolítico onubense, hoy conservadas en el Museo Arqueológico de Huelva. En este mismo lugar se han encontrado testimonios calcolíticos, de hace unos cuatro o cinco mil años. Así como abundantes restos del Bronce Final, de la primera mitad del I milenio A.C., en el antiguo caserío de La Mata que testimonian una gran vinculación de sus pobladores con el mar y con civilizaciones como la fenicia y la tartessica, que pudo habitar en la encrucijada de los ríos Tinto y Odiel.
Tendremos que esperar al dominio musulmán para encontrar con plena seguridad los primeros testimonios sobre Gibraleón, conocida entonces como Yabal Al Uyum, que significa “Monte de las Fuentes”. Posteriormente, ante la quiebra del poder califal en el siglo XI, Gibraleón pasó a ser una población importante al dotarse de una fortaleza militar o castillo, cuyos restos aún la presiden.
Con la conquista cristiana de estas tierras en 1262, bajo el reinado de Alfonso X el Sabio, y la creación del Concejo de realengo, Gibraleón alcanzará uno de sus períodos históricos más notables. La concesión real de amplios privilegios favoreció el comercio y la ganadería, el aumento de población y una rápida expansión urbana, especialmente en los siglos XIV y XV.
En 1530, la familia Zúñiga logró que el rey Carlos I de España les elevara el título sobre Gibraleón de Señorío a Marquesado; que recayó en el primogénito del Duque de Béjar, don Alonso de Zúñiga. Pertenecían a esta demarcación, además de Gibraleón, el Rincón de San Antón, Cartaya, San Miguel de la Arca de Buey, el término de lo que sería Punta Umbría, San Bartolomé de la Torre, Villanueva de los Castillejos, Sanlúcar de Guadiana y El Granado. En total suponía una superficie de 1.060 Km2, lo que equivale a algo más de la décima parte de la que sería la provincia de Huelva.
Del siglo XVII es interesante recordar el episodio vivido entre Miguel de Cervantes y el Marqués de Gibraleón. Buscando Cervantes un mecenas para su obra, le dedicaría a éste la primera parte de su novela inmortal El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, publicada en Madrid por Juan de la Cuesta, con privilegio de Castilla, Aragón y Portugal el año de 1605. La jurisdicción de los Duque de Béjar sobre el municipio acabó con la abolición del régimen señorial por un real decreto firmado y promulgado por la reina regente María Cristina en 1835. De este período hoy sólo queda un vago recuerdo histórico y el hecho que a la villa de Gibraleón se le concedió el escudo heráldico de sus antiguos señores de la casa de Béjar.
A lo largo de la historia, Gibraleón conoció aportes de población procedentes de Africa y de América. De la primera llegaron esclavos negros, traídos por barcos españoles y portugueses desde mediados del siglo XV. Desde entonces, fueron asimilados e integrados social y étnicamente por una población tolerante y carente de prejuicios.
HERMANAMIENTOS
El Pueblo de Gibraleón, ha estado siempre abierto a mantener estrechas colaboraciones y cordiales relaciones de amistad con otros pueblos, con el único deseo de abrirse hacia nuestros vecinos europeos. Actualmente está hermanado con los municipios de Béjar y San Felice Circeo.
Béjar
Este hermanamiento tuvo lugar en el 2001, Béjar es una ciudad que históricamente ha estado vinculada a Gibraleón desde el momento en que el Emperador Carlos V otorgó el Marquesado de Gibraleón al Duque de Béjar Sr. D. Alfonso Diego López de Zúñiga y Sotomayor, a quien D. Miguel de Cervantes dedicó su famoso libro “Don Quijote de la Mancha”.
San Felice Circeo
Gibraleón también está hermanado desde el día 13 de Octubre del 2000 con la localidad italiana de San Felice Circeo, municipio de 8500 habitantes que se encuentra a 100 kilómetros al sur de Roma en la provincia de Latina, región de Lazio.
GASTRONOMÍA
El aceite de oliva
Gibraleón cuenta con una gran tradición en la elaboración del aceite de oliva, tal y como lo demuestra la Cooperativa Nuestra Señora de la Oliva que fue fundada en 1960, si bien en los años ochenta se fusionaba con otra cooperativa de la localidad que databa de 1914.
Los olivares con los que cuenta Gibraleón son de aceitunas de distintas variedades: Arbequina, Picual y Verdial, su cuidado así como su controlada recolección de la aceituna dan lugar a un producto fiable y de óptima calidad, con un toque aromático y afrutado.
El aceite de Gibraleón ha sido premiado dos años con el 1º premio a los mejores aceites de oliva virgen extra de España, otorgados por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, en las campañas 1999-2000 y 2001-2002. Así como un 2º premio en la campaña 2000-2001. Recientemente en el año 2014 fue premiado como el mejor aceite de la provincia de Huelva.
El mosto
El mosto es otro de los productos más reconocidos y degustados de Gibraleón, ya que existen tabernas o bodegas donde sus propietarios son los propios cosecheros del vino que venden, realizándose todo como se hacía antiguamente.
Las tabernas en los meses de invierno suelen estar concurridas por visitantes que disponen de un sitio acogedor donde preparar ellos mismos en la chimenea carnes de la sierra y pescado, los cuales acompañan con el rico mosto panturrano.
Dulce de calabaza
Sin duda, este es uno de los dulces más representativos de Gibraleón, pero su dificultad en la elaboración está haciendo que caiga en el olvido. Todas las abuelas de Gibraleón saben hacer este dulce, sin embargo, es difícil encontrar a alguien que sepa hacerlo entre la gente joven.
Se elabora con calabaza de palo, que es introduce en trozos, en agua con cal para que se ponga tierna, luego se cuece en agua con azúcar y canela y por último se añade ralladura de limón.
Mazapán
Es el dulce más representativo de Gibraleón. Eran realizados por las monjas que habitaron el Convento del Vado y cuya receta centenaria se mantiene hoy en día intacta.
Están realizados con almendras, ralladura de limón, azúcar y agua, y son cocidas en el horno sobre una pasta de pan, por último se le añade un lustre de azúcar y las típicas bolitas de colores tan características del mazapán olontense.
Hornazos
Es un dulce típico de la Semana Santa y se realiza con una base de masa fresca de pan, ajonjolí tostado, ralladura de limón, canela molida, canela en rama, azúcar, almendras molidas, almendras laminadas y huevo. Y también hay quien les añade cabello de ángel.
ALOJAMIENTOS
Pensión Ntra. Sra. del Carmen
C/ Rufa Rosado 1
Tel: 959 30 04 84
Pensión Occidente
C/ San Juan 11
Tel: 959 30 06 54
QUÉ VER EN GIBRALEÓN
LUGARES DE INTERÉS
El Cristo del cementerio
Crucificado de madera policromada, de estilo gótico y datado hacia el final del siglo XIV. Recibe este nombre por ser el que se encontraba en la capilla del cementerio municipal.
La historia del Cristo es confusa, posiblemente fuera el que se venerara en la Ermita de San Agustín con el titulo de Cristo de San Agustín. El Cristo pasó a presidir la Capilla del cementerio Municipal situado en la cripta de la Iglesia de Santiago y en 1930 con la inauguración del nuevo y actual cementerio paso a presidir su capilla.
Otras fuentes señalan la posibilidad de que el Cristo sea el mismo que queda inventariado en 1713 como propiedad del Ayuntamiento y que 1736 el juez de Residencia manda a hacer un dosel y un retablo para que la imagen del crucificado presidiera la Sala Capitular. Posiblemente el Cristo se trasladara con posterioridad al Cementerio Municipal una vez que la religiosidad de las autoridades disminuyó.
Fue restaurado en 1981 por Peláez de Espino y actualmente se encuentra expuesto en una habitación acristalada del Ayuntamiento.
Se puede visitar de Lunes a Viernes en horario de 9:00 a 14:00 en el Ayuntamiento de Gibraleón, 1º planta.
Alcázar (Castillo)
Lo actualmente apreciable del Castillo de Gibraleón se corresponde con una fortaleza bajo medieval, edificada entre los siglos XIII y XIV, al extremo norte del casco urbano, controlando el paso por el río Odiel, sobre los cimientos de una anterior construcción de época islámica.
Las primeras referencias proceden del siglo IX, en relación con el triunfo del ejército cordobés en sus campañas por las tierras de Niebla como consecuencia de revueltas muladíes. A pesar de ello, las citas más claras sobre la existencia de la fortaleza nos la proporcionan los autores musulmanes Ibn Haayyan (siglo XI) y al Idrisi (siglo XII), al describir Yabal al-Uyun como un lugar fortificado situado sobre el río Odiel.
Durante el período medieval cristiano, las luchas señoriales por el control de este territorio fueron continuas entre los linajes de la Cerda, Pérez de Guzmán y Zúñiga a lo largo de los siglos XIV y XV, lo que sin duda tuvo sus consecuencias para el Castillo de Gibraleón, en el que se realizarían diversas obras de ampliación y refuerzo de sus estructuras, según documentación del siglo XVI. Por entonces tenía una doble cerca que separaría la villa de su término, y que el castillo poseía una cava y varias torres, una de ellas, la del homenaje, situada junto a la cerca que rodeaba el castillo.
Su estado actual es de lamentable deterioro, solo consevándose lienzos de muralla, presentando torres prismáticas de tapial en deficiente estado de conservación a los que se ha despojado de los elementos de refuerzo en las esquinas. Su superficie es de 3.400 m2.
Iglesia de San Juan Bautista
Existe constancia de que en el solar de la actual Iglesia de San Juan Bautista se erigía la mezquita de Yabal Al Ayum de la que se conservar parte de su alminar en el interior de la actual torre-campanario.
En el siglo XIV, tras la conquista cristiana por parte del rey Alfonso X de Castilla, la Iglesia de San Juan Bautista se establece como cabeza de Vicaría y sede del Concejo Municipal, convirtiéndose en el centro de la vida política, social y religiosa de la localidad.
Actualmente la Iglesia presenta una imagen distinta a la que originariamente tuvo, pues existe constancia de que sus tres naves tenían cubierta de madera. De la fabrica actual se observa dos etapas constructivas bien diferenciadas, la capilla mayor de estilo gótico-mudéjar y por otro lado, la nave central y las dos laterales de estilo barroco purista, realizadas con posterioridad a la capilla mayor sobre finales del siglo XVIII principios del XIX.
En el altar mayor en un templete de columnas pareadas se encuentra la imagen de la Inmaculada, de 1944, que reproduce la imagen original destruida durante la Guerra Civil y atribuida a Hita del Castillo.
Las tres capillas laterales del templo abren a la nave de la epístola. A los pies está situada la capilla bautismal, de planta rectangular, cubierta con bóveda de cañón, en ella hay una interesante pila bautismal de época medieval, de gran tamaño y realizada en piedra, en la que se puede apreciar en relieve castillos, flores de lis, medias lunas y herraduras. Se dice que dicha pila bautismal procede del palacio de marqués y se encontraba en un patio central.
A los pies de la nave del evangelio se halla la lauda sepulcral de Pedro Pizarro Pedraza y de su mujer, Ana María de Acorsso y Doria, año 1691, en la que destaca el escupo de la familia en relieve.
Esta iglesia es la sede de la Hermandad del Cristo Joven de la Borriquita y María Santísima de Nazaret, de la Hermandad del Santísimo Cristo de la Misericordia atado a la columna de los Azotes, María Santísima de Sión y San Juan Evangelista y la Hermandad de Penitencia y Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Santa Cruz de Jerusalén y Nuestra Señora de los Dolores, desde donde sale a realizar penitencia el Miércoles Santo. También este templo alberga las imágenes del Patrón y la Patrona del municipio, San Roque y Santa Ana.
Iglesia de Santiago el Mayor
Las primeras referencias de la Iglesia de Santiago el Mayor son del siglo XIV, en ella se reunía el Concejo Municipal de la Villa y posiblemente fue mandada a construir por los Caballeros de Santiago. Constructivamente se caracterizaba por ser un templo medieval, de menores dimensiones que la Iglesia de San Juan, de una sola nave de arcos transversales y cubierta a dos aguas.
En 1782 fue demolido el antiguo templo y se levanta una nueva iglesia de estilo renacentista y armoniosas proporciones. Presenta capilla mayor acabada en testero plano, crucero, que no sobresale al exterior y tres naves. La nave central acabada en bóveda de cañón, es más alta y ancha que las laterales que se cubren con bóvedas de aristas. En su interior se encuentra el sepulcro con los restos de Francisco III Diego de Zúñiga y Sotomayor V duque de Béjar y VI Marqués de Gibraleón.
La cripta, destinada a enterramientos, ocupa toda la planta del edificio, y se cubre con bóveda de cañón rebajada, que sirvió pocos años para sus fines, ya que en 1836 se construyó un cementerio fuera del casco de la población.
Actualmente acoge a la Venerable Hermandad y Antigua Cofradía de la III Orden de los Servitas de Nuestra Señora de los Dolores, Santo Entierro y Cristo de la Buena Muerte, desde donde sale a realizar penitencia el Viernes Santo. A la imagen de la Virgen de los Dolores realizada por Antonio Bidón en 1941, se le profesa gran devoción en el municipio y como muestra de ello se le otorgó la medalla de Gibraleón en el año 2002.
Destacar también la imagen situada en el altar Mayor de la Iglesia, el Cristo de la Buena Muerte, un crucificado de 0,91 m. realizado en madera policromada por autor anónimo, datado de la segunda mitad del siglo XVII, siendo la imagen más antigua que posesiona en la Semana Santa de Gibraleón.
Iglesia de Nuestra Señora del Carmen
Antiguamente fue capilla del Convento de Nuestra Señora del Carmen de la Orden de los Carmelitas Calzados de Gibraleón, siendo el primer Convento de dicha Orden fundado en España. Fue fundada en 1331 por los infantes de Castilla Don Alfonso de la Cerda Nieto de Alfonso X el Sabio y Doña Madalfa, nieta de Luís, Rey de Francia.
El templo aún conserva la portada de ladrillo limpio, de sección trapezoidal, arcos apuntados, escalonados y enmarcados por alfiz, y coronamiento liso. Tiene una sola nave, de traza neoclásica, cubierta por bóveda de cañón con lunetos, subdivida por cuatro tramos por arcos fajones, que descansan en pilastras.
Preside el presbisterio un Crucificado, venerado con el título de Santísimo Cristo de la Sangre, escultura de Antonio Castillo Lastrucci, Sevilla, 1943. Como muestra de la devoción que despierta en la población, el Cristo de la Sangre fue nombrado Alcalde Perpetuo de Gibraleón el 4 de Abril de 1993.
Esta iglesia es la sede de la ilustre Hermandad del Cristo de la Sangre y la Santísima virgen de la Soledad, desde donde sale a realizar penitencia el Jueves Santo.
Convento Nuestra Señora del Vado
Según reza la inscripción del mural que se encuentra en la Iglesia del Convento de Ntra. Sra. del Vado, éste fue fundado en 1.587 por D. Francisco III Diego de Zúñiga y Sotomayor y su mujer Dª. María Coronel de Guzmán, Marqueses de Gibraleón.
Los grandes daños causados al edificio durante la Guerra Civil en 1936, obligó a cerrar el convento y la comunidad fue agregada al convento Espíritu Santo de Jerez de la Frontera. En 1996 el Obispado cedió al Ayuntamiento el uso del edificio, para fines culturales y en 1999 fue restaurado por el Ayuntamiento de Gibraleón.
El cuerpo de la Iglesia y el coro son las únicas partes del edificio que se han conservado, destacando su interesante artesonado mudéjar, que son distintos en el coro y en la nave del convento. En el lugar donde se encontraba el altar mayor se eleva una cúpula semiesférica iluminada por cuatro ojos de buey y decorada en su clave con el escudo dominicano sobre cartela manierista y corona del marquesado.
El Convento contó con un rico patrimonio artístico-religioso entre el que se encontraba el retablo del altar mayor de la Iglesia, con imágenes de Santo Domingo, Santa Catalina y Santo Tomás de Aquino. Otro altar tenía las de San Antón, Santa Dorotea y Santa Margarita. Asimismo poseía una custodia que fue vendida al Cabildo Catedrático de la Catedral de Sevilla en 1.756, para sufragar los gastos de reparación de los daños ocasionados por el terremoto de Lisboa, conocida como “de la Santa Espina” procesiona en Sevilla en la festividad del Corpus Christi.
En el convento fueron enterrados en un gran sepulcro situado en el lado derecho del altar mayor sus fundadores Francisco III Diego de Zuñiga y Sotomayor V Duque de Béjar y VI Marqués de Gibraleón, y su mujer Maria Coronel de Guzmán, también se enterraron algunas de sus hijas que fueron monjas en el convento y su hijo Alonso Diego de Zuñiga y Sotomayor VI Duque de Bejar y VII Marqués de Gibraleón. Algunos elementos del sepulcro como el frontón y sus columnas se pueden ver en la puerta principal de la parroquia de Nuestra Señora del Rocío de Huelva.
Ermita del Cristo de la guadaña
El origen de esta ermita se remonta al siglo XVII, al aparecerse la pintura de un Cristo en la pared de una carnicería. Dicho Cristo se rodeó de una gran devoción, por parte de los habitantes del pueblo.
La iglesia del Cristo de la Guadaña se edificó a mediados del siglo XVIII, gracias a Don José Vicente Pizarro que consiguió el traslado de la carnicería, la cesión del terreno y las licencias para pedir limosna y construir la capilla. Mientras que se hacían estas obras, la imagen del Cristo fue trasladada a la Iglesia de San Juan Bautista donde allí seguían viniendo mucha gente por su devoción. En 1769 se terminó la Ermita y el Cristo volvio otra vez a su lugar de aparición.
La ermita situada en el corazón del municipio, en la Plaza de España haciendo esquina con la popular calle Sacatapón, es de reducidas dimensiones, tiene una sola nave y crucero poco profundo y se cubre con bóveda de cañón y cúpula sobre pechinas. La puerta principal tiene un pequeño atrio, cubierto de azotea y cerrado por una reja de medio punto.
Al día de hoy la capilla sigue llamándose oficial y popularmente del Santísimo Cristo de la Guadaña. Tras la Guerra Civil, la Ermita paso a ser la sede oficial de la Real e Ilustre Hermandad del Ntra. Sra. Del Rocío de Gibraleón.
MONUMENTOS
Monumento a la Virgen del Rocío
Monumento realizado por el escultor Martín Lagares para conmemorar el 75 aniversario de la fundación de la Hermandad. La imagen de la Virgen del Rocío, inspirada en los antiguos grabados existentes, busca, lejos de cualquier esmero en detalles, reflejar la visión universal y espiritual de este icono mariano, concentrando toda la atención en la inigualable expresión del rostro y en la dulzura de la mirada.
La escultura, realizada en barro cocido, está colocada sobre un pedestal de ladrillos adornado con cuatro relieves. El relieve del frontal contiene un texto alusivo, mientras que los restantes representan los distintos Simpecados con los que la hermandad de Gibraleón ha peregrinado a la aldea.
Monumento a los olivareros
Esculturas realizadas por el artista plástico Manuel Garrido Vázquez. Situado en la unión de la Calle Palo Dulce con Avda. Santísimo Cristo de la Sangre, simboliza uno de los oficios más característicos de la localidad Olontense. Rinde homenaje a los olivareros/as de Gibraleón por su vinculación histórica al campo y a la agricultura. Empuje de la economía hasta nuestros días.
Monumento al Puente de Hierro
Escultura realizada por el escultor Rafael Mélida con los raíles de la antigua línea del ferrocarril a Ayamonte y restos del puente de hierro sobre el Rio Odiel. Situada en el Paseo San Felice de Circeo.
Monumento al Puente de Hierro
Escultura realizada por el escultor Rafael Mélida con los raíles de la antigua línea del ferrocarril a Ayamonte y restos del puente de hierro sobre el Rio Odiel. Situada en el Paseo San Felice de Circeo.